jueves, 28 de marzo de 2013

Seres especiales


                En el cielo se veía una hermosa bola de fuego, sólo se ve en días muy especiales y también suceden cosas fuera de lo común cuando esto pasa.
                Dicen que es porque la Madre Naturaleza anda distraída mirando esa refulgente luna y no pone atención a lo que son sus obligaciones de crear a todas las especies.
                En fin, lo que quiero contarles sucedió precisamente en una de esas noches que en el cielo brillaba la luna de una manera espectacular, una hermosa gata llamada Minina de un color chocolate indescriptible, tuvo tres cachorros; al mismo tiempo y en el mismo caserío nacían los hijos de una linda perrita llamada Duquesa, dos gatitos blancos como la leche. ¿Dije gatitos?, pues sí, la perrita Duquesa tuvo dos gatitos blancos.
                Y lo más sorprendente, si esto les parece poco, es que la gata Minina tuvo tres perritos, o sea, sus cachorros son tres perritos.
                Los vecinos no salen de su asombro: la gallina Gertrudis no para de cacarear, que en este asunto hay gato encerrado, ¿o será gatos cambiados?
                El camaleón se pone verde de la envidia al ver que nadie le pone atención, sólo hay ojos para ver los recién nacidos fenómenos de la naturaleza.
                El pavo real abre su cola y dice: ¡Qué falta de elegancia la de esas madres, por no haber ido a verse con un médico de renombre¡
                               La mamá canguro asegura: por eso yo no dejo a mis pequeños  a merced de cualquier extraño, luego pasan estas cosas, los hijos siempre deben estar dentro de la bolsa, bien abrigaditos.
                La gata Minina mira absorta a sus tres retoños, son lindos, pequeños, tiernos; pero son perros, como aceptar semejante situación. Los bebés recién nacidos buscan el calor de su madre y ella duda antes de cobijarles. ¿Qué puede hacer una madre cuando los hijos que esperó con tanto amor no son como pensó que serían?
                Tras momentos de duda, les abraza, pasa su lengua por el pelo suave y brillante y los alimenta con cariño, si Dios me los envió así, yo los aceptaré como son, aunque los vecinos murmuren tras de mí.
                En circunstancias parecidas se encuentra la perrita Duquesa, con dos preciosos gatitos blancos que no paran de maullar. Escucha los rumores que vienen y van.
Su comadre Mapanare le dice con  cruel acento: -Comadre debería llevarlos al refugio de animales antes que nuestras amistades se enteren de esta situación tan vergonzosa.
La perrita Duquesa no lo piensa dos veces y responde airada: -A lo que Dios da, no le debemos poner reparos, si Él quiso que yo tuviera dos gatos en vez de perros, pues, así será, criaré esos lindos gatitos.
Pasados unos meses llenos de chismes y comentarios que recorren todo el barrio las orgullosas mamás pasean a diario con sus hijos detrás.
Minina con sus tres perros y Duquesa con dos gatos. La gente comenta que no es natural tener que ver semejante disparate.
Ante el juez Guacamayo se han presentado varios de los vecinos del pueblo para solicitarle que intervenga para solucionar el problema, porque esta situación provoca habladurías que deberían cesar. Hasta en los reinos lejanos se burlan de nosotros por esos  niños defectuosos que aquí han nacido.
Después de mucho pensar el juez Guacamayo se presenta en casa de la gata Minina y le plantea la solución que ha encontrado.
Como la perrita Duquesa ha tenido dos gatos y tu tuviste tres perros, deben hacer un intercambio, así todo volverá a la normalidad.
Minina responde: Usted llama normalidad que una madre tenga que dar su hijos a una extraña y recibir unos hijos que no son suyos, pues, no. Aunque tenga que pelear contra los comentarios de la gente conservaré a mis tres hijos perritos.
Al plantearle a la perrita Duquesa la misma cuestión, esta responde:
-Tengo los dos hijos más cariñosos que jamás pude imaginar, no los cambio por nada.
El juez Guacamayo se retira convencido de que ante estas dos madres no hay nada que hacer, que conserven a los hijos que tuvieron, total, ellas serán las que carguen con los problemas que de sus decisiones se deriven.

Pasado cierto tiempo, en el pueblo se realizan las fiestas de la primavera, en las que todas las familias participan en las competencias de nado para perros y caza de ratones para gatos. Concurso de cacareo para gallinas y de canto para gallos.
Los pajaritos animarán con sus conciertos todas las festividades.
-Los hijos de la perrita Duquesa se han empeñado en participar en la competencia de nado como lo hacen todos los perros jóvenes, es tradición que los miembros de esta familia estén entre los mejores nadadores del pueblo.
A Duquesa se le parte el corazón de tener que decirles que no pueden participar porque a los gatos no les agrada sumergirse en el agua.
 Los gatitos insisten en querer ganar la carrera. Y le dicen a su mamá que han estado entrenando en el riachuelo y que ya están preparados para nadar en el río. Duquesa sabe que cada vez que pudo los llevó a nadar como se acostumbra entre las familias caninas, pero no quiere que nadie tenga la oportunidad de hacer comentarios sobre sus hijos y definitivamente decide que no participen para no dar de qué hablar.
Resignados los gatitos se conforman a regañadientes, ya que no pueden hacer nada más, pues son hijos obedientes.
De todas maneras van a las fiestas de la primavera, ya que no pueden participar en las competencias de natación, por lo menos podrán observar a los nadadores.
                La gata Minina en cambio decide enfrentar a los murmuradores y a pesar de que sus hijos no han aprendido a nadar, piensa que por ser perros tienen derecho a participar aunque no tengan ninguna oportunidad de ganar.
Es la hora de la partida,  todos los asistentes se aglomeran en la orilla del río para ver la competencia de natación y ante el asombro de la multitud, los hijos de la gata Minina se lanzan al agua por primera vez en su vida, pues nadie en esta familia de mininos acostumbra mojarse y menos nadar.
El río es turbulento, solamente expertos nadadores pueden retar sus aguas, cuando Minina ve a sus hijos en apuros se arrepiente de haberse dejado llevar por sentimientos de ira, no debía permitir que sus perritos se echarán a nadar sin ninguna experiencia, pero ya es demasiado tarde. Todos los competidores rápidamente se adelantan, sólo tres perritos se quedan rezagados y corren el riesgo de que la corriente los arrastre hacia una peligrosa  cascada, donde seguramente se ahogarán sin remedio, porque los mejores nadadores están ya muy lejos, no habrá nadie en la orilla capaz de salvarlos. Entonces dos hermosos gatos blancos se lanzan al agua y con pericia, uno a uno, sacan a los tres perritos del agua y los libran así de una muerte segura.
Todos los que están en la orilla ven con asombro lo que ha pasado, no prestan atención al final de la carrera, ven maravillados, como dos gatos han podido salvar de la muerte a tres perritos que no saben nadar.
Aplauden con entusiasmo y la perrita Duquesa se siente tan orgullosa de sus dos valientes hijos, que se enfrentaron al peligro y rescataron a los perros del río.
Desde ahora los habitantes de este pueblo no volverán a murmurar cuando vean pasar a una perra con dos gatitos o a una gata con tres perritos. Han entendido que debemos aceptar a cada quien con sus diferencias y que lo realmente importante es el buen comportamiento y las virtudes puestas en práctica en favor de los demás.



viernes, 1 de febrero de 2013

Teide: La serpiente más hermosa


                En el reino de las serpientes hay gran variedad; algunas de colores muy brillantes, otras con maraquitas que suenan muy bonito cuando ellas se arrastran. Claro, también existen aquellas con colores opacos, que hasta pasan desapercibidas, nadie voltea a mirarlas y las pobres se conforman con comer bichos y vivir una larga vida llena de tedio. Es así que conoceremos a una pálida culebrita llamada Teide.
                Ella, en vez de ponerse verde de la envidia cuando ve pasar a sus vecinas las cobras venenosas o las temidas corales con anillos multicolores; cada vez está más descolorida.
                De tanto sufrir y envidiar, decide acudir a pedir ayuda a la Madre Creadora de todas las Serpientes.
Le dice: -Madre Creadora, vengo a implorarte que mejores mi apariencia, quiero verme tan hermosa como una cobra o tan elegante como una cascabel.
                Madrea Creadora: -Mira niña, así como tienen bellos colores y elegante apariencia, también tienen un triste destino. Por el daño que hacen con su veneno mortal, los hombres les temen y siempre que pueden arremeten contra ellas y precisamente las adorno con colores y formas muy llamativas para que los humanos puedan descubrirlas con facilidad.
 -Aun así, insisto en tener una mejor apariencia, repite Teide muy segura de sí.
                -Está bien, si así quieres, desde ahora tu cabeza será en forma de diamante, de un negro azulado y el resto de tu cuerpo será rojo brillante.
Inmediatamente Teide pasó a ser  la más hermosa serpiente que podamos imaginar.
                Con orgullo fue al mismo caño donde acostumbra cazar sapos y bichos. Todos los sapos la vieron desde lejos, huyeron despavoridos y ahora siempre es así. No consigue nada que comer.  Sin fuerzas, a la orilla del camino se deja caer. Pasa un anciano medio ciego, pero como Teide tiene colores tan brillantes, él la ve. La coge a golpes pensando que es venenosa.
                La pobre, muerta de tan hambre no tiene fuerzas para huir, queda tendida a la orilla de aquel lugar donde antes era feliz, comía bichos sin que nadie volteara a mirarla.
Media muerta, piensa lo caro que le ha salido su vanidad. Y en un último suspiro desea volver a ser la que antes fue y así no haber sufrido esta fatalidad.
Moraleja: Debemos querernos tal como Dios nos hizo, El en su infinita sabiduría crea seres perfectos de gran diversidad.

viernes, 30 de marzo de 2012

Amarillo



En un hermoso pueblo de Venezuela hay un autobús llamado Amarillo, tiene seis años, con mucha alegría va todos los días a la escuela; claro que él no va a estudiar. El lleva a un grupo de niños que viven a gran distancia. Si él no los transportara, tendrían que caminar varios kilómetros para poder ir a clase.
Cuando los alumnos lo ven venir gritan con júbilo: ¡Allá viene el bus Amarillo¡
Uno a uno van subiendo y al chofer van saludando: ¡Buenos días, señor conductor¡
Son niños muy educados, porque en su escuela sus maestros los han enseñado a respetar a los mayores y a tratar muy bien a todos.
Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, Amarillo nunca falta a su deber. De su casa hasta la escuela. Y de la escuela hasta su casa los volverá a traer.
Hoy es lunes: Pepito, Panchito, Lolita y Juanito, en la parada esperan a Amarillo, quién los llevará como siempre a cumplir su tarea de hoy.
Son ya las siete y ni rastro del transporte escolar. Los niños levantan sus cabecitas cada vez que oyen un ruido; pero el hermoso bus Amarillo no aparece.
En el estacionamiento donde vive Amarillo, el conductor del transporte; llegó muy temprano; pero vio con sorpresa que el autobús tenía los dos cauchos delanteros desinflados.
Eso es algo así como cuando a los niños se le aflojan los dientes y hay que sacarlos.
Vino el mecánico, sacó los cauchos y colocó unos nuevos. Ahora Amarillo seguirá haciendo su trabajo con mucha alegría.
Así los niñitos, después de haber sacado sus dientes, volverán a tener unos nuevos cuando salgan los que reemplazarán a los perdidos.

martes, 16 de agosto de 2011

Tierra bella


En una época no muy lejana, existió un lugar llamado Tierra Bella. Su nombre se origina de todos los encantos con los que Dios dotó a este pueblo. Posee miles de playas, que más lindas no pueden ser. Tiene montañas tan altas que llaman la atención del mundo entero. Hasta tiene un desierto inigualable.
En sus ciudades hay hermosos lagos. Resulta difícil describir este paraíso.
         Pero en Tierra Bella no todo es felicidad, porque allí llegó una plaga que se comió la vocación de la gente.
         Imagina un panadero sin vocación para hacer el pan; un médico para curar a sus enfermos; un músico que no crea canciones.
Las madres se preocupaban porque sus hijos no querían ir a la escuela. Nadie tenía vocación para nada.
Hasta los bomberos dejaron quemar cuanta casa se incendiaba, porque al no tener esa actitud de servicio no asumían el riesgo de enfrentar los incendios.
Todo esto transcurrió hasta que una tarde muy triste, los pobladores juntaron su esperanza. Esta se hizo grande, tan grande que comenzaron todo de nuevo.
Descubrieron que la esperanza es la cura para muchos males y  que sin ella sus corazones estarían siempre llenos de una fría sensación que congelaba su futuro.
Ahora todos unidos han salido a buscar su felicidad.
En una isla encantada había pobladores que parecían vivir en otra época, sus carros antiguos, sus casas reflejando pobreza, se habían quedado en otros tiempos.
Prefirieron seguir adelante y entonces llegaron al reino de Tecnolandia.
Allí sus habitantes vivían felices con sus modernas computadoras, casas preciosas, automóviles lindos, en fin, todo lo que logra el trabajo sin descanso;  pero faltaba algo.
Siguieron su camino; de pronto un señor del pueblo llamado Ingenio Popular, tuvo una idea: vamos a buscar dentro de nuestros corazones.
Al buscar, encontraron cosas buenas:
Alegría, con ella hicieron una gran fiesta.
Generosidad y entonces todos se abrazaban y compartían.
Y encontraron al mismo Dios dentro de ellos. El les bendijo de esta manera. -Más nunca perderán sus buenos sentimientos, para que no tengan que buscar fuera lo que aquí ya tienen.
Así Tierra Bella volvió a ser el paraíso en el que todos querían vivir.

Deseos cumplidos


          Esta historia le sucedió a Lupita, la que vive en el barrio aquel, pero pudo sucederle a todos los que me escuchan, por eso presten atención, porque deben tener mucho cuidado con lo que desean, que corren el riesgo de que sus deseos se hagan realidad.
            Lupita tiene doce años, su hermanito Pepe sólo seis. Todo el día él corre tras ella, porque la quiere mucho y le encanta estar a su lado. Pero a ella le fastidia tanta atención.  Ella es una niña grande, él  sólo un bebé.
Ella juega con su computadora y su celular, pero él dejó caer su teterito sobre tan moderno aparato y ahora no funciona como debe ser. Sólo salen asteriscos y puntos. A Pepe le parecen muy lindos, pero Lupita dice llorando:
            -Si mi mamá no hubiese tenido este molesto niño, ahora todo estaría tranquilo. Sólo sirve para dañar las cosas que más quiero. Ojalá no tuviese que verlo nunca más.
            El papá de Lupita le ha comprado una computadora más moderna para compensar la pérdida de la anterior.
            Pepe enfermó de repente, ya no tiene fuerzas para ir detrás de Lupita, está en su cama muy débil, ya ni siquiera llora, ni toma tetero.
Vino el doctor y dijo: ya no hay nada que hacer.
Que el bebé al cielo se fue, detrás de los ángeles debe andar y a su hermana Lupita nunca más va a molestar.

Sonia Pernía